by Alfredo Armijos
November 27, 2018 |
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Según el reporte PMI Pulse of the Profession 2018, aproximadamente el 50% de los proyectos no llegan a cumplir con el presupuesto original ni con el tiempo establecido para su ejecución, monitoreo y cierre. Casi 47% de estos proyectos sufrieron corrupción de su alcance original, siendo considerados como un fracaso en su gestión integral. Son estadísticas que alertan a la disciplina de la dirección de proyectos a tomar acciones inmediatas para su mejora. La auditoría aporta un valor significativo en la gestión del ciclo de vida de un proyecto, desde sus fases de conceptualización y pre-factibilidad, hasta su transición a la operación y medición de generación de valor mediante la gestión de realización de sus beneficios. Dicha relevancia es evidenciada, al incluir a la auditoría como una herramienta y técnica en algunos de los 49 procesos descritos en el PMBOK. No obstante, en la actualidad no existe un estándar de auditoría claramente difundido y entendido en la comunidad de Dirección de Proyectos, que brinde lineamientos claves sobre que documentos y técnicas lúdicas pueden contribuir en la detección de anomalías en cualquier punto del proyecto y sobre cualquier área de conocimiento, y que permita establecer acciones correctivas/preventivas previo al fracaso. Como consecuencia, es de vital importancia transmitir a los directores de proyectos la necesidad de aprender nuevas herramientas analíticas de auditoría, que les permitan evaluar el desempeño general en la administración de un proyecto, con el propósito de garantizar el éxito en la consecución de sus objetivos alineados a los beneficios esperados por la organización ejecutora.