by Alfredo Armijos
December 20, 2018 |
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Según el informe WEF Global Risks Report 2018, cerca de 6 de cada 10 principales ejecutivos en sus sectores empresariales experimentó un incremento en riesgos inherentes a sus negocios. Un 24% de sus pérdidas financieras fueron generadas por riesgos ambientales, cibernéticos, económicos y geopolíticos, con proyección a incrementarse en el próximo 2020. Es así cómo se evidencia a nivel mundial una tensión creciente hacia una gestión efectiva de las organizaciones. Y la dirección de los proyectos no es la excepción, acorde al reporte PMI Pulse of the Profession 2018. De las principales causas que condujeron a iniciativas ser declaradas como fracasos, la falta de definición de riesgos y oportunidades es una de ellas. Adicionalmente, solo cercano a 3 de cada 10 compañías aplican siempre prácticas en gestión de riesgos sobre sus proyectos. Esto conlleva a observar cómo instituciones de todo el mundo derrochan $1 millón cada 20 segundos. La praxis lleva a las organizaciones ejecutoras de proyectos a establecer un marco de gestión de riesgos que sea simple y resiliente frente a amenazas y oportunidades. En la actualidad, existe una gran diversidad de estándares, metodologías, herramientas y técnicas para este propósito. No obstante, gran parte de ellas han resultado ser complejas y subjetivas de aplicar para los gerentes de proyectos y de riesgos, lo que ha incrementado la incertidumbre en sus proyectos. Por lo tanto, es clave compartir con los gestores de proyectos y de riesgos un set de 9 gráficas básicas para el análisis integral de amenazas y oportunidades en esfuerzos temporales. Cada una de ellas proporciona una visión sistémica y pragmática de la toma de decisiones bajo riesgo e incertidumbre en los proyectos, migrando de esta forma del clásico paradigma determinístico hacia uno estocástico, inherente al entorno VUCA de los negocios del siglo XXI.